Dr. Agustín López Munguía
El trauma de muchos estudiantes de secundaria al llegar a su primer curso de Química es el momento en el que se enfrentan a Amedeo Avogadro y a su famoso número: el número de moléculas que existe en una mol de una sustancia. Una de las causas de su desasosiego es la incapacidad de poner en la cabeza un número de la talla de 6.023 x 1023. Uno aprende de memoria ese número y por diversas razones, no se preocupa por ir a la fuente original y descubrir cómo le hizo Avogadro para llegar a semejante cifra, a pesar de que el maestro de química, nos haya explicado que la precisión que se tiene experimentalmente no permita dar una respuesta exacta. Sin inquietarse mucho, nos limitamos a usar el famoso Número de Avogadro cada vez que necesitemos saber cuántas moléculas hay en determinada cantidad de una substancia de peso molecular conocido. Contrasta este aburrido cálculo con la emoción de enterarnos de que junto con la Vía Láctea, en nuestro universo existan alrededor de 1011 galaxias (de 100 a 500 billones dicen los astrónomos). Aunque menos de la mitad que moléculas en una mol, el número sigue quedando grande para una cabeza promedio. Algo más pequeño, pero igualmente desproporcionado en nuestro cotidiano son los casi 3 x 109 dólares con los que dejó endeudado a Coahuila (estado del norte de México) el gobernador Moreira.
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