17 de octubre de 2016 (IBt)
Por: Dra. Lorraine Jaimes Hoy y Dr. José Luis Reyes Taboada
Permitiéndoles hacer cosas con las manos, dejarlos observar, imaginar, interactuar con su entorno, estimulando su creatividad. Por naturaleza los niños son curiosos y quieren entender el mundo. Según un estudio publicado en 2012, los niños piensan de forma muy similar a la que se emplea en la ciencia. Cuando se enfrentan a los problemas y deben tomar decisiones, los niños formulan hipótesis, hacen inferencias causales y aprenden, a partir de la observación, métodos que los convierten en “pequeños científicos”.
En el 2014, la Escuela Primaria “Ocachicualli” de Cuernavaca organizó su primer congreso de Investigación. En el 2015 los autores de este artículo tuvimos el gusto de participar, Lorraine como jurado en el 2° Congreso de Ciencias de esta escuela y José Luis como asesor de uno de los equipos. Participaron alumnos de quinto año de primaria, quienes se plantearon un problema y guiados por un asesor desarrollaron la pregunta y la metodología para poder responderla.
Los niños entonces investigaron, plantearon una hipótesis, experimentaron, analizaron, crearon, descubrieron y comunicaron sus hallazgos ante un jurado que los escuchó e interrogó. Participaron equipos con temas en el área de las Ciencias Naturales y Sociales.
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