El diseño es obra de Jorge Cordero, alumno de la Facultad
Leonardo Frías, 29 de febrero de 2016
Estacionado sobre un escritorio, resalta el tono marino de Blue-One; posee llantas deportivas con dibujo rugoso, una línea de leds y una suspensión para el trajín cotidiano.Es un auto de competencia, veloz, ineludible, y es el diseño de Jorge Isaac Cordero Enríquez, alumno del noveno semestre de Ingeniería en Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería, con el que ganó el certamen de vehículos autónomos organizado por la Asociación Mexicana de Mecatrónica.
“Lo construí en aproximadamente un mes. El premio no sólo es un estímulo económico y obsequios electrónicos, sino también la acreditación al torneo internacional Sparkfun, en Colorado, Estados Unidos, que se realizará en junio, y los pases al Robotic People Fest, en Colombia, y al RoboChallenge, en Rumania”, precisó el universitario.
Entre sus principales características técnicas están que para la localización utiliza un sistema de posicionamiento mediante la red de satélite de Estados Unidos GPS; para la orientación hace uso de un magnetómetro, también conocido como brújula digital, y para la dinámica del carro un acelerómetro y un giroscopio, que indican si está inclinado hacia la derecha o hacia la izquierda, o si acelera o se detiene, lo que permite hacer compensaciones a los sensores.
Competencia
El concurso se denomina Autonomous Vehicle Competition México AMM 2016; está respaldado por la Sparkfun Autonomous Vehicle Competition, en Colorado, Estados Unidos.
Se realiza entre carros pequeños (25 centímetros de largo por 15 de ancho y 10 de alto) que puedan competir en un circuito de manera libre, sortear obstáculos y no salirse del perímetro de la pista. El programador sólo debe presionar play para accionarlo.
La justa, efectuada en el marco del 14 Congreso Internacional de Mecatrónica, en Juriquilla, Querétaro, contó con la participación de 22 equipos de instituciones de todo el país.
Piloto de éxito
La hoja de ruta de Jorge Cordero inició desde niño, cuando tenía cinco o seis años y jugaba a crear, componer y modificar sus autos. “Siempre me ha gustado arreglar cosas, fabricaba carros chiquitos, los hacía mecánicos; veía un Lamborghini o un Ferrari en Internet y bajaba las imágenes y hacia maquetas. Empezaba a crear objetos con motorcitos, poco a poco me fui dando cuenta de que me gustaba, que deseaba ser ingeniero”.
El joven, que a la par ha intervenido en la Fórmula SAE en UNAM Motorsports en la construcción de un vehículo tipo Fórmula, y en el proyecto Lunambotics, abocado a la creación de un robot terrestre para la NASA, habló del futuro:
“Me interesa ayudar a las personas, me gustaría diseñar algo que pudiera cambiar la vida de muchos individuos, sobre todo en México. Por ejemplo elaborar prótesis, y en la parte de robótica carros autónomos que sirvieran para evitar choques.”
Blue-One viajará a Estados Unidos, Colombia y Rumania; utiliza un sistema de posicionamiento GPS, un magnetómetro conocido como brújula digital, acelerómetro y giroscopio. Fotos: Marco Mijares.