La Metagenómica y el mundo secreto de las bacterias

Por Martes 14 de junio, 2016.

bacterias

Vivimos en un mundo bacteriofóbico. Constantemente vemos productos para eliminar “hasta el 99% de las bacterias” como lo son geles, jabones, detergentes o productos para la cocina o el baño.

13 de junio de 2016 (IBt)

Por:  Alejandro Sánchez Flores

 

Vivimos en un mundo bacteriofóbico. Constantemente vemos productos para eliminar “hasta el 99% de las bacterias” como lo son geles, jabones, detergentes o productos para la cocina o el baño. Hay un temor a las  bacterias, sobre todo en un mundo que se ha enfrentado a lo largo de la historia a diferentes catástrofes originadas por patógenos bacterianos, como es el caso de la peste bubónica o del antrax. Sin embargo, solo algunas bacterias nos provocan daño y la gran mayoría nos aporta beneficios de manera directa o indirecta.

La manera en que hemos estudiado al mundo bacteriano ha ido evolucionando con el tiempo. La invención del microscopio permitió a científicos como Antonie van Leeuwenhoek, estudiar los microorganismos que habitan en la saliva y reportar sus descubrimientos ya en 1676. A partir esa fecha, nace la Microbiología, a pesar de que desde el siglo VI se suponía ya la existencia de pequeños organismos invisibles que habitaban en los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Sorprendentemente, esto no estaba muy alejado de la realidad, ya que ahora sabemos que las bacterias pueden habitar y sobrevivir en cualquiera de estos elementos con excepción del fuego directo, aunque aun en este caso, ahora sabemos que hay bacterias que gustan de condiciones extremas como puede ser la temperatura en el cráter de un volcán activo, en un pedazo de hielo en la Antártida, la presión a las profundidades del fondo marino o bien, la radioactividad en los suelos contaminados de Chernóbil en Ucrania o de las Islas Marshall en Oceanía.

Como ya se mencionó, la microscopia nos permite observar a las bacterias pero esto no es suficiente para entender los mecanismos que les permiten habitar casi en cualquier parte del pllaneta y bajo cualquier condición. El desarrollo de métodos de cultivo fue un gran avance para la Microbiología y pronto permitió seleccionar e identificar bacterias de manera específica. Así, empezamos a estudiarlas y entender su interacción con el ambiente y con los humanos. Por ejemplo, el aislamiento reiterado de una bacteria de pacientes con los mismos síntomas como fiebre o diarrea, nos permite asociar esos padecimientos con la presencia de ciertas bacterias. También, hemos logrado saber si dichas bacterias son sensibles a medicamentos como  los antibióticos, con lo cual hemos logrado tratamientos más efectivos. Finalmente, el dominio de la Microbiología nos ha permitido crear vacunas utilizando a los organismos e incluso, hemos llegado al punto de manipular la estructura genética de las células vivas gracias a la Biología Molecular y la Biotecnología, de tal manera que puedan producir moléculas como proteínas de interés médico. Tal es el caso de la insulina, que hoy en día se produce a partir de bacterias y no de extractos de páncreas de animales, garantizando una mejor calidad e inocuidad.

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